Reportaje

La COVID-19 en las áreas rurales de la región de Murcia

Este reportaje fue realizado a finales del mes de marzo, momento en el que el confinamiento más duro por el estado de alarma nos obligaba a permanecer en casa excepto para actividades esenciales. La incidencia en las zonas rurales en la primera ola fue notable. La población, en su mayoría de edad avanzada, coincidía en la preocupación por el trabajo de sus hijos y su futuro, comparando la crisis económica que se avecinaba con la posguerra civil española que muchos vivieron. El sector de la flor cortada en el municipio murciano de Cehegín se enfrentaba a pérdidas millonarias por la paralización del mercado, calificando de ruina total la situación. Los claveles que no se podían vender eran recogidos por los ganaderos para alimentar al ganado. Nunca han tenido esa abundancia de flores, comenta Lolo, ganadero de 71 años. La España vaciada se enfrentaba a un reto nunca visto, aunque según muchos de ellos el aire fresco que se respira en sus montañas es un escudo frente al virus, y precisamente por eso muchos pueblos y pedanías cerraron sus accesos a vecinos que tienen segundas residencias y vienen de la ciudad, para evitar el aumento de los contagios.

Lolo cuida de sus animales a diario y se lamenta de cómo puede afectar a su familia y amigos la situación por la COVID-19; la crisis económica que se avecina va a ser muy larga y catastrófica, asegura.

Lolo habla con su esposa por teléfono mientras llena el comedero de las ovejas de su establo. «Los animales me dan la paz que necesito en este momento, y no se me pasa por la cabeza no venir todos los días a alimentarlos y pasar un rato desconectado de tanta mala noticia».

Lolo junto a Pepe, el único burro que tiene en el establo de Cehegín.

El ganadero se marcha de su establo tras atender las necesidades de los animales, volverá al día siguiente a las siete de la mañana.

Juanfran es miembro de la cooperativa de flores de Canara, pedanía del municipio de Cehegín; acumula todo el clavel cortado que no podrá vender y que irá definitivamente como pasto para el ganado.

Un ganadero descarga en su finca un remolque hasta arriba de clavel recogido en la cooperativa agrícola.

En primer termino, los claveles que servirán para pasto del ganado, en una finca de Cehegín.

Vista de la carretera RM-532 en dirección a Cieza.

Muchas personas no disponían de mascarillas para protegerse de la COVID-19, esta mujer se protege con un pañuelo en la puerta de su casa, en la pedanía de Benizar.

Dos vecinos de Benizar guardan la distancia de seguridad para entrar en una de las dos tiendas de comestibles que hay en la pedanía.

Entrada a la pedanía de El Sabinar, perteneciente al término municipal de Moratalla. Pedro se protege con una braga de cuello a modo de mascarilla, comenta que la calidad del aire en estas zonas es excepcional y no ve las noticias; aun así, cumple con las medidas del estado de alarma sin dudar.

Un señor camina por las desérticas calles de El Sabinar.

Un hombre sale de una tienda de comestibles en la Gran Vía de la pedanía caravaqueña de Archivel.

Un estepicursor o nube del desierto en una calle vacía de la pedanía de Barranda, perteneciente a Caravaca de la Cruz.

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