Reportaje

La administración de justicia durante la pandemia

La pandemia también ha afectado a la administración de justicia, que se ha visto obligada a tomar medidas de protección para los funcionarios y los usuarios de sus instalaciones. Se han desarrollado protocolos para asegurar la distancia de seguridad entre usuarios, funcionarios, abogados, fiscales, jueces, policías y acusados. Se han tenido que celebrar juicios en varias salas de vistas para cumplir con los protocolos sanitarios, destinando una para acusados y policías custodios y otra para testigos, abogados, fiscales y jueces, unidas ambas por medios telemáticos. Como en cualquier otra administración pública sus trabajadores han tenido que adaptarse a los continuos cambios en los protocolos sanitarios además de improvisar soluciones que permitieran celebrar, con garantías suficientes, el gran número de juicios que la pandemia había obligado a posponer. Y como al resto de trabajadores públicos, las administraciones responsables han sido muy lentas en dotarlos de todos los elementos necesarios para su seguridad y la de los ciudadanos usuarios de los servicios públicos. Durante el confinamiento, la administración de justicia, como el resto de la sociedad, quedó prácticamente paralizada, menos las causas con presos, el juzgado de guardia o los pases a disposición judicial. Los pases a disposición judicial de detenidos ante el juzgado de guardia de manera presencial han desaparecido casi por completo, y actualmente se realizan de manera telemática desde dependencias policiales para evitar contactos innecesarios entre funcionarios, detenidos y los policías encargados de las conducciones. Este hecho ha reducido casi por completo la presencia de los fotógrafos que habitualmente captamos la llegada de los detenidos a los juzgados.

Cartel en la puerta de entrada de la sala de vistas de la Sección Segunda de la Audiencia Provincial. Indica las normas sanitarias y de comportamiento que deben seguir abogados, fiscales, acusados, policías o testigos. Durante los primeros días en los que se celebraron juicios era muy importante seguir los protocolos a modo de libro de instrucciones que permitía a todos los participantes actuar de manera ordenada y adaptada a las medidas de seguridad de las que se disponía en cada momento. Tanto los protocolos como las medidas de seguridad han ido variando a lo largo de todos estos meses de pandemia: el uso de mascarillas, el control del aforo, la distancia de seguridad, el gel hidroalcohólico, etc.

Interior de la sala de vistas de la Sección Segunda de la Audiencia Provincial. Los bancos destinados a los miembros de Cuerpo Nacional de Policía precintados con cinta para indicar la distancia de seguridad que deben guardar entre ellos. Debido a la restricción en el aforo de las salas, el número de policías encargados de la seguridad se ha tenido que adaptar a los límites impuestos por los protocolos sanitarios, teniendo que equilibrar la seguridad sanitaria con la seguridad ofrecida por los fuerzas de seguridad del Estado y que resulta tan necesaria en la celebración de un juicio y en cualquier sede de la administración de justicia.

Sala de vistas de la Sección Segunda de la Audiencia Provincial. Un abogado cubre con una bolsa de plástico el micrófono que tiene asignado para intervenir durante el juicio. La agente judicial entrega bolsas de plástico a todas las partes intervinientes en las vistas para que ellos mismos protejan los micros. La colaboración entre funcionarios y las partes intervinientes en los procesos judiciales ha sido importantísima para garantizar la seguridad de todos.

Sala de vistas de la Sección Segunda de la Audiencia Provincial. Durante los primeros días en que se celebraron juicios en la Audiencia hubo falta de material de seguridad y cierta confusión en la aplicación de los protocolos. Los protocolos, normalmente, se realizan partiendo de situaciones ideales como, por ejemplo, la disponibilidad de gel hidroalcohólico, mascarillas y demás elementos de protección e higiene; pero, como casi siempre, la realidad desmiente cualquier documento teórico. Así las cosas y una vez más, los funcionarios tuvieron que tirar de ingenio y creatividad y, en este caso, el dedo recortado de un guante de látex hace de capuchón del micrófono que ha de utilizar el acusado y el resto de intervinientes citados.

Sala de Juicio de la Sección Segunda de la Audiencia Provincial. Una bolsa de plástico cubre el micrófono destinado a la declaración del acusado y demás intervinientes. Apreciando la efectividad sanitaria de la bolsa, pero también su evidente falta de sofisticación, su uso implicaba una perdida muy sensible en calidad del material sonoro registrado. De fondo, el presidente de la Sección Segunda, Diego Gómez-Reino.

Cualquier protección es poca para un agente judicial ya que ha de tener contacto con todas las partes que intervienen en un juicio. En este caso, el agente se protege con una visera-pantalla de vinilo, una mascarilla quirúrgica y un guante de látex. Una vez cubiertas las exigencias básicas de protección, la sensación de seguridad de cada individuo depende unicamente de su percepción subjetiva.

Sala de vistas de la Sección Primera de la Audiencia Provincial. Jaime Tártalo, presidente de la dección durante un juicio. Se puede apreciar la distancia de la presidencia al acusado y la traductora. La distancia entre las personas ha aumentado y entre jueces y justiciables también.

Sala de vistas de la Sección Primera de la Audiencia Provincial. Las medidas de seguridad obligan a modificar la distancia entre los acusados. Como puede apreciarse, cada uno de los acusados ocupa una fila dejando una fila libre en cumplimiento del protocolo antiCOVID. La obligación de mantener la distancia de seguridad ha obligado a aprovechar al máximo el espacio disponible en las salas de vistas y conjugar eso con la funcionalidad y el desarrollo normal de los juicios.

Sala de juicio de la Sección Segunda de la Audiencia Provincial. Debido al gran número de acusados en este juicio fue necesario utilizar dos salas para celebrarlo, una para los acusados (la que aparece en la fotografía) y otra para los magistrados y abogados (la que aparece en el monitor). La situación sanitaria ha potenciado mucho el uso de las herramientas telemáticas y las ha puesto al servicio de una administración que, antes de la pandemia, no las había explotado demasiado hasta el momento.

Cartel que se podía encontrar a la entrada del edificio con las indicaciones para todos los usuarios de la administración de justicia a partir de la declaración del estado de alarma. El edificio, conocido popularmente como Vía Alemania, es la sede de los juzgados de instrucción, de lo penal y de violencia sobre la mujer. La relación entre los ciudadanos y la administración ha cambiado debido a la crisis. Se necesita acudir con cita previa a las dependencias judiciales para poder acceder a las mismas. El teletrabajo, impulsado para evitar contagios y apoyado en la falta de actividad, ha ayudado a desarrollar las posibilidades que ofrece la tecnología para trabajadores y usuarios.

Oficina del Juzgado de Guardia. Una pantalla de metacrilato protege a los funcionarios y a los usuarios. La mesa de la izquierda limita el espacio para atención al público que antes de la pandemia era mucho más amplio. Esta oficina ha de estar abierta 24 horas al servicio del ciudadano obligada por sus características especiales. Pero el hecho de que la población tuviera que estar confinada y el desplome de la actividad turística y, por tanto, descenso de visitantes, hizo caer en picado la actividad de esta particular oficina judicial.

Sala de espera de detenidos del Juzgado de Guardia. José Antonio Nieto, «Primo», al que me atrevería a calificar del guardia de seguridad más famoso del país por sus continuas apariciones en los medios de comunicación acompañando (cumpliendo con sus funciones profesionales) a todos y cada uno de los personajes famosos e importantes que han «visitado» estas dependencias judiciales. En la imagen lo podemos ver custodiando la sala de espera de detenidos en donde se instalaron en las mesas pantallas de protección para evitar contágios.

Pase a disposición judicial de varios detenidos en una operación contra una organización dedicada al robo en zonas turísticas de la isla. Durante la pandemia los pases a disposición judicial de forma presencial han sido sustituidos por pases telemáticos con el fin de disminuir el riesgo de contagio tanto de los funcionarios (tanto judiciales como policiales) como de los detenidos. Este caso (excepcional) se debe a la gran cantidad de detenidos en esta operación. La imagen tiene la curiosidad de que uno de los detenidos le da un doble uso a mascarilla, uno sanitario y otro para proteger su identidad cubriéndose desde los ojos a la boca.

Patio del juzgado de Vía Alemania, famoso en el pasado por las declaraciones de Iñaki Urdangarín y demás implicados en el caso NOOS. Durante la pandemia los pases a disposición judicial presenciales se han sustituido por videoconferencias para evitar contagios. Pero esta es una excepción en la que el abogado Javier Llop espera, en el solitario patio, a que su defendido sea conducido a prisión.

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