Reportaje

Corona rural

El contacto con la naturaleza, el silencio, la relajación, la convivencia con animales, la comida libre de químicos y muchos etc., son usados para describir bucólicamente la vida en el mundo rural. Como también lo son, aunque no tan idealizados, el alejamiento y la soledad. Actualmente, al aislamiento propio de vivir en una pequeña aldea se suma la necesidad de apartarse físicamente por causa del coronavirus. Principalmente si tenemos en cuenta que la inmensa mayoría de sus habitantes son gente de avanzada edad y, por tanto, de riesgo. Corona rural nos habla del desconcierto que la emergencia sanitaria generó, sobre todo en sus primeros meses, en una población acostumbrada a una vida en confraternidad, y de la dificultad a la hora de gestionarla dado que, siendo insólita para la completa sociedad, es abrumadora en estos grupos demográficos. Todas las imágenes están tomadas en el Concello de Lousame en los meses de marzo y abril de 2020.

A través de una ventana se ve parte de la aldea de Vilacoba. El estado de alarma por la crisis de la COVID-19 estableció, entre otras medidas, el confinamiento domiciliario obligatorio. Vilacoba.

Fina se asoma a la ventana durante el periodo de confinamiento domiciliario obligatorio, impuesto por el Gobierno como una de las medidas del estado de alarma decretado por la COVID-19. Vilacoba.

Arturo le paga a un vendedor ambulante de alimentos, dejando el dinero en un cubo para mantener la distancia de seguridad. LVilacoba.

Un repartidor de butano a domicilio entra en una casa para dejar la bombona llena y recoger la vacía, y el dinero por el servicio. Vilacoba.

José, un vecino de la aldea de Vilacoba, se limpia con un pañuelo mientras descansa en un lavadero comunitario. Vilacoba.

Delfina y Arturo salen a caminar al monte, como hacen diariamente, siguiendo las recomendaciones del médico. Vilacoba.

Un operario del Ayuntamiento se prepara para desinfectar los contenedores de basura de las zonas rurales. Cruido.

Trabajadores de la Consellería do Medio Rural y del Ayuntamiento se coordinan para desinfectar los lugares de uso público en las zonas rurales. Vilacoba.

Una gata mira la calle vacía durante el estado de alarma por la crisis de la COVID-19 que estableció, entre otras medidas, el confinamiento domiciliario obligatorio. Vilacoba.

La escuela de primaria de Vilacoba permanece cerrada durante el estado de alarma decretado por la emergencia sanitaria de la COVID-19. Vilacoba.

Arturo habla por videollamada con su nieta mientras el residente del Gobierno, Pedro Sánchez, comparece en una rueda de prensa en televisión. Vilacoba.

Una campesina habla con un familiar mientras trabajan en un campo. Servia.

Xosé, vendedor ambulante de productos alimentarios por las aldeas, se coloca la pantalla de protección antes de empezar la venta. Vilacoba.

Un vecino continúa sus labores agrícolas después del ocaso, durante el estado de alarma decretado por la COVID-19. Vilacoba.

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