Barcelona, Barcelona
26 Marzo 2020
Un silencio
«¿Ves? Ni uno, no tengo dientes. La clínica de mi dentista también ha cerrado, pero bueno…Como me acostumbre, me los dejo así» dice Cristian, técnico de limpieza del Ayuntamiento de Barcelona. Estoy acompañando a un equipo de limpieza en su camión. Desde que el brote de coronavirus puso en cuarentena a toda España, estas personas son de las pocas que salen a la calle a diario para desinfectar cada rincón de la ciudad. Después voy al Hospital Vall d’Hebron, de ahí al Raval. Mañana documentaré la desinfección de un geriátrico. El pase de prensa me permite moverme con libertad por la ciudad. Camino mucho y veo poca gente, hablo con los que que aún trabajan, les pregunto por su historia. La ciudad en cuarentena es extraña. Hay pequeñas aglomeraciones y momentos de acción en hospitales, mercados o durante las desinfecciones en las que, ahí sí, nos llaman para que vayamos a documentar… Pero la mayoría de calles están desiertas y caminar por ellas hace que mis ojos se centren en cosas que, normalmente, por el ruido y distracciones de la ciudad pasan desapercibidas. Entonces llego a casa, protocolo de desinfección, descargo las fotos de mis tarjetas y se mezclan en mi archivo estos tipos de imágenes. Equipos de desinfección, hospitales y personal sanitario junto a calles vacías, un rayo de luz que ilumina las naranjas de un árbol en un parque por el que nadie pasea o las flores caídas en medio de la calle sin que ningún coche las pise. Una mirada a la cuarentena silenciosa y de detalles.
Una mujer aplaude desde su ventana en Barcelona. Cada día a las 20:00 h muchas de las personas que siguen confinadas por la COVID-19 aplauden para mostrar apoyo al personal sanitario.