Madrid, Madrid
05 Junio 2020
Vida y muerte de un amigo
En abril de 2020, en plena pandemia, a David le diagnosticaron un cáncer gástrico con metástasis bastante avanzado, con una niña de meses. Sabía que con apenas 35 años su vida se estaba acabando, pero él optó por vivir con alegría como siempre hizo el tiempo que le quedaba. Preparó una boda el día que cumplía 35 años coincidiendo con su cumpleaños, en plena pandemia, y fue resolviendo todos sus asuntos, incluso visitó a su abuelo y decidió que juntó a él quería que enterraran sus cenizas. Su mayor preocupación era que Leire, su hija de apenas 10 meses, se pudiera acordar cuando creciera de cómo fue su padre y de cómo era su voz, por lo que decidió dejar un testimonio grabado aprovechando que su mujer e hija habían salido a pasear. Ese día fue el último que pudo estar en casa, por la tarde fue ingresado y unos días después, el día 11 de julio, fallecía. El testimonio se pudo ver en su funeral, condicionado por el estado de alarma. Esta es su historia de los últimos meses donde nos enseñó a vivir y a morir. Leire nunca olvidará su voz.
Los familiares más cercanos de Amanda y David momentos antes de salir hacia el juzgado para casarse.