Reportaje

Ante el umbral

Desde que llegó la pandemia y se obligó al confinamiento, Clemente Bernad ha realizado a diario el mismo ritual: cruzar el umbral de su puerta, recorrer la ciudad, fotografiar lo que en ella encuentra y regresar a casa con imágenes del exterior. Esta práctica, que en un contexto normalizado no tendría mayor relevancia, se convierte en estos momentos en una especie de viaje al inframundo. Las calles que hoy transita no son las de ayer. Aunque parezcan iguales, hay una atmósfera que las ha transformado en un lugar extraño. Lo comprobamos al ver espacios habitualmente llenos convertidos en zonas por completo vacías, como si el tiempo de una larga noche hubiera anidado en las entrañas de la ciudad y no la soltara. El fotógrafo camina por paisajes conocidos como si estuviera pasando por un arrabal o un callejón oscuro, un territorio donde los límites y las distancias se desdibujan y se vuelven amenazantes. Es por eso que cruzarse con alguien bajo este estado de ánimo genera síntomas de sospecha y miedo, movimientos corporales hacia el repliegue o la huida. La ciudad convertida en umbral. En esta situación se huye o se deambula, pero nunca se pasea. Y deambulan aquellos que quedan cuando ya no queda nadie, los que viven arropados entre cartones, con las puertas de su rellano siempre abiertas. Cuerpos solitarios que en una urbe vacía recuerdan a los restos de un naufragio. Junto a esos cuerpos, los que flotan en el asfalto sin destino, los guantes que primero sirvieron para salvarnos de nosotros mismos y que ahora, abandonados y mutilados sobre las aceras, evocan a todos los cadáveres sin duelo que está dejando esta pandemia. El fotógrafo los examina con detenimiento, encontrando en ellos la forma precisa para representar un dolor que pueda ser visto y compartido, lejos de cifras y de números. Entre seres invisibles, enmascarados y abandonados vaga Bernad como un fantasma que merodea por esa especie de atmósfera o laguna Estigia en la que ha quedado convertida la calle.

Vida diaria en las calles de Madrid durante los primeros días del confinamiento por la pandemia de la COVID-19. Los guantes desechados formaban parte del paisaje cotidiano de la ciudad.

Vida diaria en las calles de Madrid durante los primeros días del confinamiento por la pandemia de la COVID-19. Los parques permanecían cerrados.

Vida diaria en las calles de Madrid durante los primeros días del confinamiento por la pandemia de la COVID-19.

Vida diaria en las calles de Madrid durante los primeros días del confinamiento por la pandemia de la COVID-19.

Vida diaria en las calles de Madrid durante los primeros días del confinamiento por la pandemia de la COVID-19. Cementerio de la Almudena, donde la asistencia a entierros estaba restringida a un máximo de tres personas.

Vida diaria en las calles de Madrid durante los primeros días del confinamiento por la pandemia de la COVID-19. Cola para acceder a un supermercado en el barrio de Lavapiés.

Vida diaria en las calles de Madrid durante los primeros días del confinamiento por la pandemia de la COVID-19.

Vida diaria en las calles de Madrid durante los primeros días del confinamiento por la pandemia de la COVID-19. Escaparate de una casa de apuestas.

Vida diaria en las calles de Madrid durante los primeros días del confinamiento por la pandemia de la COVID-19.

Vida diaria en las calles de Madrid durante los primeros días del confinamiento por la pandemia de la COVID-19. En ocasiones solo veía mi reflejo en los escaparates de las calles vacías.

Madrid, 2020. Vida diaria en las calles de Madrid durante los primeros días del confinamiento por la pandemia de la COVID-19. Personas sin hogar poblaban una ciudad completamente vacía.

Madrid, 2020. Vida diaria en las calles de Madrid durante los primeros días del confinamiento por la pandemia de la COVID-19. En ocasiones solo veía mi reflejo en los escaparates de las calles vacías.

Madrid, 2020. Vida diaria en las calles de Madrid durante los primeros días del confinamiento por la pandemia de la COVID-19. Estación de autobuses de Méndez Álvaro/Madrid Sur.

Madrid, 2020. Vida diaria en las calles de Madrid durante los primeros días del confinamiento por la pandemia de la COVID-19. Personas sin hogar poblaban una ciudad completamente vacía.

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Descarga no permitida

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