Reportaje

Isabel Baruque siente de nuevo el aire en la cara

Isabel Baruque Martín, 97 años, originaria de Piña de Esgueva, del valle de Esgueva, en Valladolid. Gracias a ‘En Bici Sense Edad’ (EBSE) he podido hacer un relato fotográfico muy íntimo y personal de Isabel Baruque, acompañada de su hija Isabel Núñez, su hijo Jesús Núñez y su nieta Mireia de Haro. Mireia es voluntaria de EBSE, ella es el elemento clave para vincular el paseo en bicicleta con Isabel y hacer el reportaje fotográfico. Con el permiso de su familia y con gran responsabilidad me propuse conocer a Isabel y su familia (primero) y tomar algunas fotos (segundo). Cuando empecé a hablar con Isabel me di cuenta de que a pesar de su edad era una mujer enérgica, de 97 años y con ganas de ser transportada en bicicleta un día de verano a mediados de julio a pesar del calor. Hablando con ella, me explicó cosas como que en su pueblo natal cuando era pequeña iban con caballos, sin bicicletas ni autos. Tras conversar un poco y sacar algunas fotos, nos dispusimos a hacer el recorrido que había preparado su nieta, Mireia. El recorrido pasaba por la plaça de la Virreina, parc de San Joan y la Sagrada Familia. Había elegido todos estos lugares Isabel porque hacía mucho que no los veía con sus propios ojos. Hay que decir que Isabel ha pasado bastante bien el encierro teniendo en cuenta que algunos de sus hijos pasaron la COVID. Una mujer con buena salud, ella y sus hijos actualmente se encuentran bien. En Bici Sense Edat es una asociación que se dedica a dar a las personas mayores (o con movilidad reducida) la posibilidad de montar en bicicleta y sentir el viento en la cara y las buenas sensaciones que se desprenden al andar en bicicleta.

Isabel Baruque en su casa con sus dos hijos: Isabel Nuñez y Jesús Núñez.

Isabel on the Elevator is going to meet his grandchildren and they go together in a bike.

Mireia de Haro sienta con mucha delicadeza a su abuela en la cargo bike de EBSE.

Mireia de Haro lleva a Isabel madre (su abuela) y a Isabel hija (su tía) en la bicicleta por las calles del barrio de Gracia.

Isabel quería ver la Sagrada Familia, ya que hacía muchos años que no la visitaba. Hace tiempo que Isabel solo sale cerca de casa o directamente no salía en el confinamiento. Los hijos la cuidaban.

Noventa y siete años de vida. Una cara llena de vivencias. Dos guerras y una pandemia han visto esos ojos.

Isabel, su nieta y su hija pasan frente a la Sagrada Familia, sin las típicas multitudes de otras épocas en este monumento. Isabel estaba muy feliz de poder ver de otra manera la Sagrada Familia.

El amanecer cubre el rostro de las tres mujeres en un hermoso y soleado día en Barcelona.

Isabel no pudo darle besos ni abrazos a su nieta por culpa de la COVID-19, pero fue un gran día para toda la familia. Isabel pudo ver la ciudad en bicicleta, sentir el viento en la cara y estar en lugares que quería visitar desde hacía mucho tiempo.

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