Reportaje

Persona de riesgo

Esta es la historia de nuestro confinamiento particular, el mío y el de mi pareja. Las posibilidades de desarrollar síntomas peligrosos de COVID-19 pueden aumentar en las personas que tienen patologías de salud graves. Mi pareja, Joan Safont (36), es lo que se ha venido a llamar población de riesgo. Joan padece fibrosis quística, una enfermedad genética que afecta especialmente al sistema pulmonar y pancreático, por lo que fue trasplantado de pulmones en 1998. Debido a los efectos secundarios de la medicación inmunosupresora, que toma diariamente desde el trasplante, en 2008 fue diagnosticado de linfoma no Hodgkin; cáncer que superó en 2011 tras una recaída. Por todo esto, nuestro confinamiento empezó días antes que se declarara el primer estado de alarma en España y el consecuente confinamiento domiciliario obligatorio, el 14 de marzo de 2020, cuando los médicos recomendaban en los medios de comunicación que personas de riesgo como Joan no salieran de casa. Durante meses Joan se encerró en nuestro piso saliendo solo para atender un par de visitas médicas que no se podían posponer. Este ensayo fotográfico es un diario de nuestra reclusión, un testimonio del nido que hemos creado durante este año en nuestro apartamento de alquiler en Barcelona y en una casa de un familiar en La Seu d’Urgell, Cataluña, España. En él se reflejan las curas cotidianas, pero también la ansiedad de sentirnos atrapados en casa junto a la angustia de enfermar, de morir; un miedo que nos acompaña en nuestro día a día. En este contexto de pandemia mundial, vivimos esperando, pacientes, mirando como, a pesar de todo, la vida se abre paso.

Joan barre el salón de nuestro piso en Barcelona. Hace pocos días del anuncio del plan de desconfinamiento del Gobierno español en el que se establece que se permiten las salidas para dar paseos. A partir de entonces, tras casi tres meses encerrado, Joan sale de vez en cuando a buscar el periódico, a hacer la compra o a pasear con la intención de evadirse sin reducir las precauciones. Barcelona, Cataluña, 16/05/2020.

Las toallas que utilizamos al salir de la ducha cuelgan en el baño de la casa de un familiar en la Seu d’Urgell. En verano y durante las fiestas navideñas decidimos aislarnos en este pueblo de los Pirineos catalanes para escapar de la ciudad y centrarnos en cuidarnos. La Seu d’Urgell, Cataluña, 29/12/2020.

Cámara oscura hecha en el salón de casa donde se proyecta la imagen del edificio de enfrente sobre una libreta. Barcelona, Cataluña, 25/05/2020.

Joan descansa estirado en la cama a media tarde, en nuestro piso de Barcelona, Cataluña. Mañana hará un mes que no sale de casa; los horarios se difuminan y dedicamos muchos ratos a reposar. 11/04/2020

Las sombras de una ventana de nuestra casa se proyectan sobre la pared del dormitorio. Es de noche y el silencio nos abraza. Barcelona, Cataluña, 24/04/2020.

Joan sentado en la cama tras despertarse en Barcelona. Son meses en los que pensamos mucho sobre lo que estamos viviendo. De hecho, los dos hemos cogido la costumbre de trasladar lo que vivimos en nuestros diarios personales. Por ejemplo, Joan, escribe el 23 de marzo: “Comienza una nueva semana de confinamiento que cada vez se hace más complicado. Wayra ha salido a la calle a comprar y, como cada vez, vuelve preocupada por la posibilidad de haber traído el maldito virus a casa. Mantener la calma en un momento sin certidumbres ni seguridades es muy complicado, y nos puede llevar a caer en la tentación de la preocupación excesiva”. Barcelona, Cataluña, 30/05/2020.

Primer plano de la barriga de Joan. En ella se puede entrever, camuflada entre el vello, la cicatriz de la peritonitis que sufrió en 2011 como efecto derivado del linfoma que padecía entonces. Esta cicatriz junto a otras que le recorren el cuerpo son el recuerdo vivo de su fragilidad, y de la mía. Barcelona, Cataluña, 3/05/2020.

Restos de las plantas que Joan cultiva en nuestro balcón. Desde el inicio del confinamiento, ha dedicado muchas horas al cuidado de este diminuto “jardín”. El 26 de abril, Joan escribía en su diario personal: “Hoy he roto las ramas de un geranio de los que estaba cuidando con tanta devoción y delicadeza. Me ha apenado tanto como si hubiesen herido a un ser querido. Tengo una sensación de rabia e impotencia, no obstante he plantado las ramas rotas con la esperanza que de la herida rebrotará la vida”. Barcelona, Cataluña, 03/05/2020

Las gotas de lluvia caen en los cristales de la ventana del salón de nuestro piso en Barcelona, Cataluña. El 21 de abril de 2020, el día en que está tomada esta imagen, Joan escribe: “De nuevo, lluvia, lluvia y más lluvia. Podría llenar este cuaderno con esta lluvia que nos engulle”.

Una jeringuilla y los desechos de los medicamentos que toma Joan llenan un cubo de basura. Joan toma diariamente una veintena de pastillas entre inmunosupresores, vitaminas, cortisona, antibióticos y otros. También debe tomar colimicina y ambisome inhalados, un antibiótico y un fungicida que inyecta en un aparato especial para este fin. Barcelona, Cataluña, 26/12/2020.

Joan mira por la ventana de nuestro piso el primer día de primavera del 2020. En su octavo día confinado escribe en su diario personal: “Wayra está muy preocupada por mí. Sufre por lo que pueda pasarme consciente de que soy un individuo de mucho riesgo. Ante ella mantengo la moral alta y trato de no pensar demasiado, aunque soy consciente que me sería muy difícil superar un hipotético contagio. Me encuentro bien, pero no puedo evitar inquietarme al toser o con este dolor de garganta que tengo”. Barcelona, Cataluña, 20/05/2020.

Nuestro gato, Gaziel, mira por la ventana del salón sentado en la librería de mi escritorio. Barcelona, Cataluña, 01/05/2020.

Imagen de mi diario personal sobre nuestra cama. Ese día reflexionaba sobre qué era lo que valía la pena documentar de esta pandemia y me preguntaba qué papel como fotógrafa tenía que tomar ante esta nueva realidad. Meses más tarde, con la edición de este proyecto, me daba cuenta de que mi papel era precisamente lo que inconscientemente ya estaba haciendo: documentar mi cotidianidad, mi día a día con Joan, nuestros miedos compartidos, nuestras proyecciones de futuro. Barcelona, Cataluña, 03/05/2020.

Dos tórtolas se hacen compañía en una farola situada al lado de nuestro balcón. Barcelona, Cataluña, 24/04/2020.

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