Reportaje

Desahucios en tiempos de COVID

Si España ya vivía una crisis habitacional severa antes de la llegada del virus, con una gran parte de la población con dificultades para acceder o mantener una vivienda digna, la crisis económica y social derivada de la emergencia sanitaria no ha hecho más que agravar la situación. Desde el 14 de septiembre, fecha en que los juzgados retomaron su actividad, hasta el 23 de octubre se llegaron a notificar 443 órdenes de desalojo solo en el área metropolitana de Barcelona. Este reportaje, realizado durante esas semanas, pretende reflejar la realidad social detrás de estas cifras. Muchos de esos desahucios consiguieron pararse gracias a la rápida activación de los tejidos asociativos y solidarios de los barrios y del movimiento por el derecho a la vivienda; otros tantos fueron ejecutados a pesar de la resistencia vecinal. La moratoria del Gobierno sigue dejando en situación de desamparo a aquellas personas cuya vulnerabilidad económica y social no es consecuencia directa de la crisis sanitaria, ignorando así la realidad habitacional del país y haciendo evidente que las cifras de desahucios de la primera ola son solo un ejemplo de lo que está por venir si no se toman medidas de inmediato.

Noelia y su familia recogen todo lo que pueden antes de ser desalojados del edificio donde han vivido durante los últimos tres años. Esplugues de Llobregat, Barcelona, Cataluña.

Noelia con su hija en brazos, en la puerta de su casa antes de ser desahuciadas. “Solo hace diez días que nos llegó la notificación del desalojo, antes no habíamos recibido información, lo que más me preocupa ahora mismo es si nos van a apoyar por lo menos para poder resguardar a nuestros hijos”. Esplugues de Llobregat, Barcelona, Cataluña.

Alonso consuela en sus brazos a Cristhal, su hija, mientras se produce el desalojo de su casa. Esplugues de Llobregat, Barcelona, Cataluña

Lourdes Marcela se abraza con sus hijos de 17 y 2 años en el momento de ser desahuciados de su casa. Eslpugues de Llobregat, Barcelona, Cataluña.

Enseres domésticos acumulados en la calle después de un desahucio de 11 familias de un bloque de pisos en Espulgues de Llobregat. Barcelona, Cataluña.

Una activista del Sindicato de Vivienda del barrio de Sants grita en la puerta de Yolanda y su familia ante un posible desahucio. Sants, Barcelona, Cataluña.

Mariano, de Hospitalet de Llobregat, vive solo en este bajo de alquiler. Observa desde la puerta de su casa a los vecinos del Sindicato de la Vivienda que se han concentrado en la puerta de su casa para intentar parar su tercer intento de desahucio provocado por una modificación del contrato de alquiler. “Esta es la gente más maravillosa que hay, gente joven con ganas de implicarse, es de lo mejor que puede tener el barrio”. Ese día su desahucio se paró por tercera vez. Hospitalet de Llobregat, Barcelona, Cataluña.

Vecinos convocados por el Sindicato de Vivienda de Hospitalet esperan a la comitiva judicial que notificará la orden de desahucio de Mariano, un vecino de 65 años del barrio de Collblanc en Hospitalet de Llobregat. Hospitalet de Llobregat, Barcelona, Cataluña.

Vecinas convocadas por la Asociación de Vecinos de Ciutat Meridiana esperan en la puerta de Rusmila y su familia para intentar parar su desahucio. Ciutat Meridiana, Barcelona, Cataluña.

Rose vecina de Nou Barris sujeta las llaves de su piso mientras espera a la comitiva judicial que vendrá a intentar llevar a cabo el lanzamiento de su desahucio, Barcelona, Cataluña.

Rose agradece a los activistas de la PAH de Barcelona y vecinos que han venido a apoyarla, después de conseguir aplazar su desahucio. Barcelona, Cataluña.

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