Reportaje

54 days after

Durante los dos meses de confinamiento documenté la vida de los que había alrededor. Todos éramos jóvenes fuera de nuestras casas y lejos de nuestras familias. Las rutinas, tanto en mi casa como en casa de Mariví eran parecidas. Jugar a la Play, hacer deporte, dormir y volver a despertarse. Nuestro confinamiento se basaba en intentar disfrutar del tiempo en una ciudad completamente cerrada.

Al principio de la pandemia no había EPI para casi nadie, este era mi kit de protección. Cuando volvía de hacer fotos lo colgaba en la terraza y le echaba KH7 para desinfectarlo. Me lo dieron Enfermeros por la República que tenían un taller en Gracia donde se dedicaban crear estos kits para aquellos que lo necesitarán.

Chari es la novia de Pablo, mi compañero de piso. Cuando volví, ya había empezado el confinamiento y habían decidido pasarlo en mi casa. No nos conocíamos, pero poco a poco aprendimos a convivir. En la imagen, está siguiendo la rutina de deporte de Patri Jordan, una youtuber que veía sus videos todos los días.

Eva es mi compañera de piso, aunque ella el confinamiento lo pasó con su novio, Nacho, a veces desafiaba la normativa y venía a vernos.

Durante el confinamiento aprendí a qué horas entraba el sol por la ventana de mi habitación. Aunque muchos vídeos de ayuda sobre como conciliar mejor la vida en casa decían que había que hacer la cama, a mi me gustaba así de revuelta.

En la entrada de casa se acumulaban los zapatos. Al volver de cualquier sitio había que descalzarse. A pesar de que muchas veces era difícil coincidir en las opiniones sobre como había que hacer las cosas para estar lo más seguro posible, Pablo, mi compañero de piso, puso unas reglas básicas, entre las que estaba la de descalzarse y lavarse las manos al entrar en casa.

En la foto, de derecha a izquierda, Pablo, Minia y Mariví. A pesar que estaba prohibido moverse, a veces Mariví, mi compañera, necesitaba volver a su casa. Normalmente los findes los pasábamos allí. Pablo no vive allí, pero antes del confinamiento decidió que quería pasar la cuarentena con ellos, así que durante dos meses estuvo durmiendo con un colchón en la entrada.

Felipe, el compañero de piso de Mariví juega a la Play. Durante los dos meses de confinamiento aprovechó para pasarse el juego Red Dead Redemption. Para poder tener más espacios en la casa, colocaron una televisión y la consola en la entrada.

Mientras Pablo, mi compañero de piso, juega tumbado en la cama conectado con sus amigos de Galicia a la Xbox, Chari sigue con su rutina de deporte a través de los vídeos de Patri Jordan, una youtuber.

En la imagen, Mariví ve una serie a punto de irse a dormir. Ella trabaja como técnico de biomedicina en los quirófanos del Hospital Vall d´Hebron. A pesar de que solo trabajaba tres días a la semana, hacían turnos de doce horas, durante el principio, sobre todo el miedo y el estrés consumían casi toda su energía.

La vecina del tercero del edificio de enfrente salía a fumar cuatro veces al día, una de ellas siempre después de cenar.

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