Reportaje

Ha llegado un extraño a casa

Ella es mi abuela Fina y padece Alzheimer. Hace años que vive en casa con nosotros debido a su dependencia. La última semana presentó algunos síntomas de la COVID-19. Ella siente malestar general, pero no sabe decir más debido a la confusión que le provoca el Alzheimer. No sabe expresar ni entender lo que siente, tampoco lo que le pasa. Y esto, a buen seguro, debe resultar muy angustioso. Ayer llegó el resultado de la prueba PCR y resultó ser positiva enCOVID-19. Debido a eso nos hemos confinado en casa con un extraño, el virus.

Fina se tapa la boca angustiada tras intentar explicarnos lo que siente. Con el tiempo la comunicación va disminuyendo hasta casi desaparecer, en muchos casos lo hace. Hay días lúcidos en que parece que su agilidad mental ha aumentado, pero es una ruleta rusa, posiblemente horas más tarde pase a estar de nuevo en sus peores días.

Nuria y Laia ayudan a Fina a levantarse y acercarse a la mesa para comer. Es curioso cómo se degenera la movilidad de forma casi paralela a la de la mente. Con los meses, desde que la pandemia empezó la demencia de Fina ha aumentado con aun más rapidez.

Fina observa la comida mientras Nuria sirve los platos.

Mientras Nuria trata de que su madre cene, Fina le dice enfadada que no quiere comer. Eso se debe a que Fina empezó a perder el apetito como síntoma de la COVID-19, asimismo también padeció descomposición intestinal y vómitos.

Sentada en el sofá, mira el suelo con desánimo. Fina no se encuentra bien y no entiende el motivo.

Fina grita angustiada; en segundo plano Nuria hace punto para desestresarse.

Nuria sostiene la cabeza de Fina para comprobar su temperatura.

Fina se sostiene la cabeza mientras espera a que la cena esté lista para después poder ir a la cama.

Nuria acompaña a Fina hasta la cama. En las fotografías de la pared, a la izquierda Fina y su difunto marido el día de su boda. A la derecha, Nuria junto a su hermano de pequeños.

Nuria le pone el pijama a su madre para después acostarla en la cama.

Fina duerme. Aunque a veces duerma plácidamente, no es lo común. Ella acostumbra a desvelarse y chillar durante el transcurso de la noche, interrumpiendo el sueño de los que duermen a su alrededor.

Fina saluda a cámara con un muñeco de punto hecho por Nuria. Ella empieza a recuperar energías, se le ve algo más despierta y alegre. Pasadas dos semanas del inicio de los síntomas de la COVID-19, parece que estos poco a poco van desapareciendo.

Fina come con ganas una ensaimada. Poco a poco ha ido recuperando el apetito, al mismo tiempo que ha disminuido su descomposición intestinal.

Fina baja a dar un paseo tras recibir el alta médica por teléfono.

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