Reportaje

Diario desordenado

Empecé el Diario Desordenado en cuanto llegó la alarma general a España, en marzo del 2020, y vimos cómo la pandemia del COVID-19 cambiaba nuestras vidas. En mi diario fotografío mi entorno cotidiano y regularmente a mi madre, que es una persona de noventa años, especialmente vulnerable pues padece fibrosis pulmonar desde hace cuatro años. Se siente muy confusa y triste con todo lo que está pasando; hace unos días se le murió una buena amiga, no pudo despedirse. Es difícil consolarla. Cada click es como la caricia que no le puedo dar. Han pasado unos meses, mi madre murió en septiembre. Las fotos de este diario son el último regalo que me hizo; siempre aceptó que le hiciera fotos, las dos sabíamos que nos estábamos despidiendo.

El barrio.

Bajando.

Mandarina.

Mi madre no quiere comer.

Mi madre descansando en su sofá favorito.

Mi madre esperando que le cuente historias.

Mi rincón de las plantas.

Celebrando nuestro santo, hoy es el día de la virgen de Montserrat.

Un parterre de la ciudad.

Mi vecina pasea a sus perros.

Compañía.

La terraza.

Confianza.

Mi madre está cansada de vivir.

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Descarga no permitida

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