Barcelona, Sant Cugat del Vallès
23 Abril 2020
Un Sant Jordi diferente
Actualmente las floristerías, las esquinas, las avenidas, calles y plazas de todos los pueblos y ciudades de Cataluña se llenan de paradas de rosas (que se regalan tradicionalmente a las personas queridas). En 1929 se decide cambiar el día del libro al 23 de abril, haciéndolo coincidir con la Diada, y a partir de ese momento empiezan a salir las librerías a la calle en esa fecha. En 1995 la UNESCO decreta el 23 de abril como día Internacional del libro y de los Derechos de Autor. El centro de Barcelona se llena de paradas de rosas y libros, con autores firmando sus últimas novelas y miles de personas paseando por las calles. La Rambla de Catalunya y las Ramblas son puntos neurálgicos de la Diada, donde por la tarde presentan un aspecto de enjambre de abejas difícilmente comparable a otro acontecimiento. Debido al estado de alarma decretado a raíz de la crisis de la COVID-19, Sant Jordi no se pudo celebrar en la fecha indicada, y el Ayuntamiento de Barcelona de acuerdo con el mundo editorial y florista lo trasladó al 23 de julio.
A pesar de las restricciones, los ciudadanos no querían dejar de comprar libros para Sant Jordi. Algunas librerías abrieron con las persianas bajadas, para entregar los pedidos realizados por teléfono o Internet. Hecha la ley, hecha la trampa… El uso de mascarilla no era todavía obligatorio.