Reportaje

Un Sant Jordi diferente

Actualmente las floristerías, las esquinas, las avenidas, calles y plazas de todos los pueblos y ciudades de Cataluña se llenan de paradas de rosas (que se regalan tradicionalmente a las personas queridas). En 1929 se decide cambiar el día del libro al 23 de abril, haciéndolo coincidir con la Diada, y a partir de ese momento empiezan a salir las librerías a la calle en esa fecha. En 1995 la UNESCO decreta el 23 de abril como día Internacional del libro y de los Derechos de Autor. El centro de Barcelona se llena de paradas de rosas y libros, con autores firmando sus últimas novelas y miles de personas paseando por las calles. La Rambla de Catalunya y las Ramblas son puntos neurálgicos de la Diada, donde por la tarde presentan un aspecto de enjambre de abejas difícilmente comparable a otro acontecimiento. Debido al estado de alarma decretado a raíz de la crisis de la COVID-19, Sant Jordi no se pudo celebrar en la fecha indicada, y el Ayuntamiento de Barcelona de acuerdo con el mundo editorial y florista lo trasladó al 23 de julio.

Rambla de Catalunya en una imagen insólita. Completamente vacía el día 23 de abril.

Estación de metro, tren y ferrocarriles de plaça de Catalunya. En un día normal estaría llena, el día de Sant Jordi no quedaría ni un espacio libre para moverse.

Las Ramblas. Ni paradas de libros y rosas, ni quioscos abiertos ni barceloneses… La guardia urbana puede moverse por las Ramblas en moto sin problemas.

Las Ramblas vacías, pero los repartidores de Glovo y Deliveroo no han dejado de trabajar. A falta de poder salir a comer, el take away se incrementó durante el estado de alarma.

A pesar de las restricciones, algunas personas han podido tener su rosa. El responsable del departamento ha regalado una rosa a todas las mujeres que trabajan en el departamento. Las tradiciones no pueden faltar.

Los repartidores de rosas a domicilio han podido trabajar sin problemas.

Las Ramblas vacías por Sant Jordi son una imagen de tristeza y soledad. Únicamente algunas personas pueden caminar por ellas durante su trayecto del trabajo a casa.

Parada de metro Liceo. En plenas Ramblas de Barcelona. El día de Sant Jordi debería ser un hervidero de gente. En este Sant Jordi marcado por la crisis de la COVID 19, un trabajador del servicio de limpieza de TMB limpia continuamente los accesos al metro en un día de poquísima ocupación.

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