Reportaje

Más allá del Pabellón N.º 7

Reportaje que da seguimiento a personas que han pasado por el albergue de emergencia que el Ayuntamiento de Barcelona habilitó en el pabellón N.º 7 de la Fira de Congresos para acoger a personas sin hogar tras el decreto de alarma. Desde el momento en que la autora pudo entrar por primera vez el 5 de junio de 2020, en la época de la nueva normalidad, hasta el cierre el 23 de diciembre, se ha seguido a algunas personas fuera de “la Fira”, ese microcosmos único que ‘ni fue un campamento, ni una casa’, en palabras del psicólogo Raúl Martínez que trabajó allí los 9 meses que estuvo abierto, si no que fue ‘un puente’, un lugar de paso que permitió dar cobijo a las personas y las llevó a otros lugares. Algunos fueron realojados en albergues gestionados por entidades sociales de la XAPSLL, la Red de Acogida para personas sin hogar de Cataluña. Otros consiguieron gestionar algún tipo de pensión que les permitió alquilar una habitación. Los que trabajaban anteriormente a la pandemia han conseguido trabajo y consecuentemente alquilar una habitación. Alguno se ha reagrupado familiarmente. Unos pocos, los que llevaban viviendo en la calle desde hacía tiempo, volvieron a ella. Este reportaje trata de establecer en algunos casos, dípticos de situaciones que vivieron los residentes dentro de la Fira y una vez fuera, en su realidad actual.

Un joven marroquí venido de Barcelona tras una temporada en el albergue para las personas sin hogar de la Fira, reza la última oración del día, después de una jornada agotadora trabajando en el campo en la recolección de albaricoques en el Segrià, en Lleida.

Manuel, de nacionalidad española, y su colega A.F, de origen marroquí, pasaron el mes de marzo y abril de 2020 en el albergue temporal de la Fira habilitado en Barcelona por la pandemia para las personas sin hogar. Después del llamamiento de la Unió de Pagesos viajaron a Lleida al Segrià para encontrar trabajo en el campo. A.F. comenzó a trabajar en julio, pero Manuel, solo esporádicamente, decidiendo regresar a Barcelona después del confinamiento de Lleida que se levantó el 31 de julio de 2020.

Eugenio de 72 años entra el pabellón nº 7B de la Fira en marzo. Tenía una habitación alquilada pero debe abandonarla. Pasa el confinamiento en el albergue de la Fira hasta que cierra en diciembre de 2020 y es trasladado a una residencia. En el año 2008 con la crisis económica por la burbuja inmobiliaria pierde el trabajo de manera definitiva. Después de agotar el desempleo le conceden una Pensión no contributiva. Durante el confinamiento hubo muy poca oferta de habitaciones en alquiler.

Eugenio de 72 años, encuentra una habitación de alquiler en el Poble Sec en primavera de 2021.Tras estar acogido en el albergue de la Fira en pabellón nº 7B durante todo el 2020, por haber perdido la habitación en la que residía antes de la pandemia, luego es trasladado a la residencia de Gracia, con otro centenar de usuarios.

Tras un periodo acogido en el pabellón nº 7B de la Fira durante el confinamiento, Juan abandona al albergue y vuelve a la calle.

S.F. pasó el confinamiento en el albergue de emergencia habilitado en el pabellón nº 7B. Tras el cierre es trasladado a una residencia en el barrio de Gracia, pero en el mes de Mayo es expulsado a la calle, sin conocer el motivo. Se cobija en los soportales del Maremagnum durante el mes de Mayo y Junio hasta que en Julio encuentra una habitación en una vivienda ocupada.

Manuel, tras pasar unos meses en el Segrià en Lleida, buscando trabajo como jornalero, en respuesta al llamamiento de la Unió de Pagesos, pero consiguiendo trabajo únicamente jornadas esporádicas, regresa a Barcelona y se acoge en el pabellón nº 7B de la Fira.

En noviembre de 2020 Manuel abandona voluntariamente el pabellón nº 7B porque ha encontrado una habitación en alquiler en Ciutat Vella, que puede pagar con la pensión de jubilación. Desde entonces ha volcado su creatividad en creaciones artísticas a partir de recortes de revistas con las que decora las paredes de su habitación.

Manuel, se comunica por teléfono con un amigo en el patio habilitado en el pabellón nº 7B de la Fira para acoger a las personas que no tienen un lugar donde confinarse. Perdió su habitación poco antes del inicio de la pandemia y se acogió en el albergue de la Fira desde que abrió el 3 de Abril.

Manuel comparte su habitación con otro hombre en la residencia del barrio de Gracia, después de ser trasladado del pabellón nº 7B tras el cierre en diciembre. Reside en la residencia hasta el cierre a finales de julio de 2021. Posteriormente es trasladado a otro albergue de la ciudad de Barcelona. Una vez que se cierra el albergue de la Fira el 23 de diciembre de 2020, casi un centenar de personas son trasladados a diferentes hoteles con los que el Ayuntamiento de Barcelona consigue un acuerdo, pues permanecen cerrados a causa de la pandemia.

Antolín se confinó en el Pabellón 7B el primer día que abrió el 3 de abril. Dormía en cajeros desde hacía casi dos años en la ciudad de Santa Coloma de Gramenet, cuando la policía le recomendó acogerse en algún albergue para protegerse del coronavirus. En la foto, Antolín está en una habitación de la residencia de Gracia donde fueron trasladados algunos usuarios cuando la Fira cerró en diciembre de 2020.

Pere, de origen catalán, regresa de Ecuador a Barcelona en verano de 2020 para poder gestionar su jubilación. Por circunstancias varias se queda sin medios económicos y se encuentra una noche al raso en las calles de Barcelona. Al día siguiente solicita acogerse en el pabellón nº 7B de la Fira de Congresos. Tras el cierre en diciembre es trasladado a la residencia de Gracia y más tarde al albergue Hort de la Vila de Sarrià, gestionado por Sant Joan de Deu, donde reside en una habitación individual, a la espera que se pueda tramitar su pensión de jubilación.

Roland, originario de Ghana, se ha confinado en el pabellón 7B de la Fira durante el 2020. Posteriormente es trasladado a la residencia de Gracia, que abandona voluntariamente para reunirse con su hermano que vive en Vall de Hebrón. Consigue un trabajo que le permite pagar la habitación. Roland llegó en patera a las Islas Canarias, a Tenerife, en 2019.

Edward llega a España en Febrero de 2020 huyendo de la violencia en Guatemala. Tras unos meses sobreviviendo en diferentes lugares, entre ellos un par de peluquerías donde ofrecía cortes de pelo a cambio de techo, ingresa en el pabellón nº 7B de la Fira. En noviembre de 2020 es aceptada su solicitud de asilo y es trasladado a un albergue en Cádiz gestionado por Cruz Roja, hasta que en septiembre de 2021 consigue un trabajo en una barbería de Barcelona y decide regresar. Desde Septiembre a Diciembre, Edward trabaja en diferentes barberías buscando mejorar las condiciones de trabajo que son abusivas o económicamente o en un exceso de horas.

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