Reportaje

… y que no paren

En las empresas industriales el COVID-19 ha afectado de una forma desigual. Los trabajadores que pueden han ido implementado el teletrabajo y los que no, han acudido a sus puestos de trabajo desafiando, mediante sistemas de protección y distanciamiento social, al coronavirus… Esta empresa está ubicada en el Vallés, produce maquinaria para la industria alimentaria. Trabajan unos ochenta trabajadores; el 70 % desarrolla su actividad profesional en oficinas y el 30 % restante en producción. Desde el lunes 16 de marzo del 2020 la actividad laboral ha dado un vuelco de 180º. El 95 % de los trabajadores ubicados en oficinas han implementado el teletrabajo, compartiendo su mundo privado con las videoconferencias, reuniones múltiples, etc. Los que tienen que seguir acudiendo a sus puestos de trabajo sufrieron en primera instancia la improvisación obligada, la no existencia de protocolos, la carencia de material de prevención, la incertidumbre de sus familias… Transcurridas unas semanas desde el inicio del estado de alarma, sorprende la rápida adaptación a esta nueva normalidad. Sin embargo, existen grandes incógnitas que amenazan la prosperidad de las empresas industriales. Los clientes han frenado las inversiones en maquinaria; los equipos vendidos con anterioridad no se pueden poner en marcha por la imposibilidad de viajar, de alojarse en hoteles y por la reticencia de los clientes a recibir visitas externas; las fechas de pago vencen, los cobros se posponen…. Las preguntas sobre el futuro de nuestras empresas son muchas y las respuestas, muy pocas.

El teletrabajo esta presente en las empresas, solo una minoría atiende sus puestos de trabajo.

Los responsables comerciales han visto truncada su movilidad, ahora su trabajo se realiza desde una sala cerrada sin contacto directo con el exterior.

Los trabajos en taller deben continuar, a los EPI necesarios se añade el uso obligatorio de las mascarillas; en la mayoría de los casos ello dificulta la realización de su trabajo.

Los trabajos en taller deben continuar, a los EPI necesarios se añade el uso obligatorio de las mascarillas; en la mayoría de los casos ello dificulta la realización de su trabajo.

El almuerzo se ha vuelto una actividad individual y casi solitaria.

Los trabajos en taller deben continuar, a los EPI necesarios se añade el uso obligatorio de las mascarillas; en la mayoría de los casos ello dificulta la realización de su trabajo.

Los trabajos en taller deben continuar, a los EPI necesarios se añade el uso obligatorio de las mascarillas; en la mayoría de los casos ello dificulta la realización de su trabajo.

Los trabajos en taller deben continuar, a los EPI necesarios se añade el uso obligatorio de las mascarillas; en la mayoría de los casos ello dificulta la realización de su trabajo.

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