Durante el confinamiento domiciliario estricto provocado por la pandemia de COVID-19, muchos trabajadores no sanitarios de sectores considerados esenciales han seguido saliendo a trabajar cada día, muchas veces en condiciones precarias para seguir suministrando los servicios necesarios para el día a día de la sociedad. Durante los días previos al día 1 de mayo, Día del Trabajador, he realizado retratos a estos trabajadores y trabajadoras.
Un trabajador de una farmacia del barrio de Sants de Barcelona posa delante de la farmacia en la que trabaja.
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