Albacete, Albacete
12 Mayo 2020
Retratos para una pandemia (parte 1)
«El progreso, lejos de consistir en cambio, depende de la retentiva […] y cuando la experiencia no se retiene, como entre los salvajes, la infancia es perpetua. Los que no pueden recordar el pasado están condenados a repetirlo». George Santayana. La iniciativa del presente proyecto surge de la necesidad como fotógrafo de poner en valor a esas personas desconocidas que, debido a su trabajo, han estado en la vanguardia, y continúan estándolo, durante esta situación de excepción causada por la COVID-19. Personas de mi ciudad, Albacete, que siempre estuvieron ahí, que no aparecieron de la nada ni nadie las preparó para ello. Confinados bajo sus propios equipos de protección. Personal sanitario, de emergencias, de limpieza, de suministros de alimentación básica, fuerzas del orden, servicio de transporte de viajeros, fotoperiodistas y organizaciones humanitarias forman parte del proyecto junto a otros tantos colectivos, que no están pero tienen mi reconocimiento sin lugar a dudas. La única intención es generar una necesidad en el observador de empatizar con el retratado o retratada, alejándose de la compasión y siendo más conscientes si cabe de la dimensión de los hechos. Buscar una reacción real, de alguien real hacia otro igual, que afrontan una misma realidad desde frentes distintos. ¿Por qué 19? Además de por la evidente simbología con respecto al nombre otorgado a la enfermedad por la OMS; en el terreno de la numerología, el 19 tiene un significado, entre otros, relacionado con el servicio a la humanidad y buen ejemplo para los demás, así como con un nuevo comienzo que, de alguna manera, proporciona cierto sentido a la denominada «nueva normalidad”.
Cada una de las personas que han formado parte de este proyecto han aportado algo más al mismo, que además daba sentido a mi idea previa. El ejercicio emocional fue brutal, quise sentir lo que sienten en su día a día para reflejarlo en su fotografía. Ramón forma parte del colectivo de técnicos de emergencias sanitarias que están en contacto directo con los casos positivos debido a su labor durante la pandemia. La sesión finalizó con una frase por su parte ante la que no tuve nada más que decir: «No permitamos deshumanizarnos como sociedad». Gracias al colectivo de técnicos de emergencias sanitarias por su labor durante la pandemia.
Alberto es enfermero en el Hospital de Villarrobledo, Albacete. Tras nuestra charla previa fue la primera vez que fui consciente de que el confinamiento para todos estos profesionales no acababa cuando se deshacían de sus múltiples barreras de protección individual, sino que entonces era el momento de volver a casa y enfrentarse a la misma realidad con el hándicap de la experiencia vívida. Valentía, inteligencia y sensibilidad es lo que aporta y hace mejor al colectivo de enfermería. Gracias a todos los profesionales de enfermería que continúan en primera línea de su labor sanitaria.
Carmen es auxiliar de enfermería en el servicio de Urgencias del Complejo Hospitalario Universitario de Albacete. Vino a formar parte del proyecto como una más y se fue siendo la que daba sentido al mismo. Pocas veces he sentido tras la cámara que me transmitían tanto sin apenas decirme nada. La cruda realidad vivida perdurará para siempre en su mirada. Mujer bondadosa, emocional y valiente. Gracias por tanto y gracias a todas las auxiliares de enfermería por su constante trabajo al servicio de la salud durante la pandemia.
Elena es médica. Sus marcas en el rostro tras quitarse las dos mascarillas después de poco más de media hora de sesión hicieron innecesarias las palabras. Me hicieron empatizar al instante, fue la primera sanitaria que fotografié y enseguida comprendí la complejidad de su día a día. Gracias al colectivo de sanitarios médicos por su trabajo incansable durante esta pandemia.
Fran desempeña su labor como celador del Sescam. Durante la pandemia ha estado en varios complejos hospitalarios y distintos servicios tanto de la región como de otras regiones. La experiencia de vida sumada a la gestión de la incertidumbre y la sensación de sufrir la peor de las pesadillas ha hecho evidente su valía como persona. Gracias por tu trabajo y gracias al colectivo de celadores que han desarrollado su función siendo un baluarte también en el organigrama sanitario que ha enfrentado la crisis sanitaria desde la primera línea.
Juanma es enfermero y ha desarrollado su labor en la Residencia de Mayores Núñez de Balboa durante la pandemia. Las muestras de cariño con las que me hablaba de sus pacientes me hizo comprender la calidad humana y lealtad de la persona que tenía delante. En más ocasiones de las deseadas fue la mano que acompañó hasta el último aliento de vida a esa persona cuya familia no podía hacerlo. Gracias por tu esfuerzo y por transmitir la verdadera magnitud de lo vivido y a todo el colectivo de enfermería por su trabajo infatigable durante el estado de alarma y siempre.
Manu también es enfermero en el servicio de Reanimación del Complejo Hospitalario Universitario de Albacete. Comparto su idea de que nunca fueron héroes, solo personas haciendo su trabajo, pero son mucho más. Son un mensaje, una identidad, un valor esencial. Gracias por tu humanidad y todo mi reconocimiento al colectivo de enfermería por su función sanitaria.
Marisa es enfermera en el servicio de Geriatría del Hospital Perpetuo Socorro de Albacete. Se percibe la dureza de lo vivido cuando las palabras que aparecen en la charla previa a la sesión son frustración, incertidumbre, miedo e impotencia. Todo mi reconocimiento a profesionales como ella. Gracias por tu trabajo junto con el de tus compañeras y por continuar llevando a cabo vuestra labor de la mejor de las maneras incluso en condiciones tan hostiles como las causadas por la pandemia.
Natalia ha desarrollado su labor como auxiliar de enfermería durante la pandemia en el Hospital Perpetuo Socorro de Albacete. Como tantos otros jóvenes profesionales esta situación de excepción ha sido de sus primeras experiencias laborales y han estado a la altura. Al observarla tras mi objetivo me transmitía una sanción entre fortaleza y miedo. Gracias por tu trabajo y por formar parte del colectivo de profesionales sanitarios que han estado en primera línea de actuación frente a la COVID-19.
Ramón es celador y ha desarrollado su trabajo en distintos centros de Castilla-La Mancha y Andalucía durante la pandemia. Forma parte de un colectivo sanitario imprescindible junto al resto para una perfecta atención al paciente. Siempre dispuesto a ayudar, su calidad como persona es directamente proporcional a su empatía y en los momentos de crisis como el que estamos viviendo eso lo vale todo. Gracias por tu labor y por ser el primero que escuchó mi propuesta de proyecto y aceptó sin condiciones. Y gracias al colectivo de celadores, muchas veces poco reconocido, de todos los servicios de salud por seguir en la lucha.
